viernes, junio 03, 2011

MOMENTOS III

La dulce señorita me invitaba a probar sus deliciosos alfajores caseros, pero encontrándome con ambas manos cargadas de bolsas, solo atiné a mirarla y anunciarle con un gesto que me era imposible coger sus pequeños y redondeados polvorones. Y entonces, sin mediar ningún trámite ni palabra, me dio de comer en la boca, las tres unidades que tuvo a bien invitarme y pasó una servilleta delicadamente por mis labios, dando por terminado el convite, sin saber que era apenas el comienzo…

¿Eres de verdad?; fue lo único que me atreví a decirle, y ella respondió con una inmensa y sincera sonrisa. Luego puso un pie en las escaleras eléctricas y subió casi con destino al cielo, como los ángeles. Seguí observándola mientras se alejaba cuando fui sacudido por mi enamorada que ya había conseguido los zapatos que fuimos a comprar. ¿Qué te pasa, parece que has visto un fantasma? -me preguntó-, algo así –respondí-. Ya huevón, seguro…y nos fuimos abrazados a buscar mi corbata para el matri de Cristina.

Le había prendido cigarros toda la noche con mi encendedor en forma de pene. Al final de la jornada, despidiose luego de una conversación infinita y estimulante, cogió el artilugio hacedor de fuego y lo metió en su cartera. Te lo devuelvo la próxima vez que nos veamos, me dijo. Y se marcho dejándome un número escrito en un posavasos de papel, que se borró con la humedad de las frías copas.

Al tercer capitán, ya me había envalentonado y me propuse seducir tercamente a la madura mujer que me acompañaba. Sabía que era difícil, pero no me resigné. Me expuse socarronamente a ser rechazado con énfasis, pero luego de dos capitanes más (su cuarto cuba libre), me espetó sin anestesia: ¿cuáles son tus intenciones? Te pregunto porque mi marido siempre dice que los jóvenes solo me quieren tirar. Tu marido se puede equivocar…pero conmigo no. Allí mismo pagué la cuenta y fuimos a darle la razón a su sabio esposo.

No sé porqué creo que te gusto. Bueno, sí, es difícil que no le gustes a alguien. Pero me parece que no solo te gusto sino que sientes algo por mí. Eso también es difícil. Ya, pero además, sospecho que me deseas con todas tus ganas. Claro, porque es facilísimo desearte. Ok, pero estás sintiendo unas ganas locas de besarme ahora. Pucha, flaca…Oye idiota, no te das cuenta de lo que estoy tratando de decir. Ja, qué imbécil puedo ser a veces ¿no?

2 comentarios:

dmoOn dijo...

me encantaron!!! ni me atrevo a analizarlos, pero me distrajeron de todo lo que veo de las elecciones jajajaja

mediodiablo dijo...

"Embustera
Tu corazón es una cremallera
De Christian Dior..."
;-)