sábado, octubre 28, 2006

Me das tres minutos por favor?

En el nombre del padre, del hijo y del espíritu santo.

A medida que pensaba acerca del número tres, me di cuenta de su presencia constante en nuestras vidas y en nuestra historia.

Ahí están los tres reyes magos y las tres marías para comenzar.

El hogar perfecto consta de tres. Jesús, María y José, lo confirman. El retrato ideal de familia lo componen el padre, la madre y la criatura mofletuda y expectante. Otro miembro en la foto es una intromisión inaceptable.

Pasa igual con las películas. Las trilogías completan el circulo, cierran la idea y a otra cosa.
Véalas en matinée, vermú y noche caballero.

Claro, y en el teatro, la estructura aristotélica de los tres actos jamás ha fallado ni lo hará.

Los tres tristes tigres, no son pues cinco alegres caballos como sí son tres los ositos del cuento que junto a los tres chanchitos, parecen no tener estado de ánimo.

Y si hablamos de Estado, son tres los poderes que nos llevan al despeñadero. Así de simple, como una regla de tres.

Las posibles esperanzas de mejoría, se afincan en la tercera que es la vencida. Porque eso de que no hay quinto malo, lo invento un perdedor que llegó siempre después del segundo.

Colón zarpo con tres carabelas y el resto es historia conocida.

El binomio hombre y mujer no alcanza. El tercer sexo existe y se abrió paso a punta de viriles pestañazos.

Marido y mujer no bastan. Todo matrimonio que se precie, seguirá siendo cojo sin la figura de un amante. De los tres se compone la pirámide del amor (como esas tres de Egipto) que no es más que el consabido y secular triángulo amoroso.

Que bonitos y altisonantes suenan los nombres de Johann Sebastián Bach o de Wolfgang Amadeus Mozart. ¿Se imaginan un nombrecito o apellido de más o de menos? No corre varón.

Tres son los mosqueteros y tres los pastorcitos que vieron a la Virgen en technicolor. A las tres murió Cristo y, ¿a que día resucitó?. El tres desempata, dirime y decide finalmente.

Me gustaría seguir con esto pero ya son casi…las cinco y me esperan dos mujeres para hacer un ménage a trois, o dicho mejor: un delicioso trío.

Por último y aunque no tenga sentido la invitación: vayan al circo. Es bonito, divertido; hay animales, trapecistas, magos pero sobre todo hay: TRES FUNCIONES TREEEEEES!

Un poco monse mi final pero a decir verdad, me importan tres reverendos carajos.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Aki si kemaste.... como dices en el otro extremo, onde tu fotito te muestra...eso de escribir y hacer el amor en la misma liga, como ke debes ser el campeòn de la segunda divisiòn. Este es el ejemplo, pero igual, deja herida. Extraño a mi gòtika!!!!!!!!! Juanchiz....morir de amor 3 veces la cage, chessss 3 veces

Anónimo dijo...

Qué misterio, qué misterio papá Dios... bien huevero está éste.

Anónimo dijo...

Por fin alguien que notó lo mismo que yo!
Mi nickname "mediodiablo" me lo pusieron mis amigos por mi obsesión con el número 3.

333 es la mitad de 666, de ahí medio-diablo.

No olvides el Triángulo de las Bermudas!

Anónimo dijo...


Mmmmm
entonces no te cuento
de los 3 orgasmos que tuve en una noche...

3 veces rico!
3 veces intenso!
3 veces wow!


Te mando 3 enormes besos calentones!


MUa!

Dragón del 96 dijo...

Ja, no había leido esto y creí que me preciaba de conocer en su totalidad tu blog.

Valgan verdades, creo que tu lo expresas muhco mejor que yo.

Por cierto, la hembra es simbolizada por el 2 y el macho por el 3, el uno es solo un comodin entre ambos. Es lo que encontré averiguando sobre el 3.

Slau3.