viernes, junio 10, 2011

A propósito del artículo de Marco Sifuentes

Este es el artículo del Sr. Sifuentes, que me da pie para escribir, de paso responder, a él y a varias personas -amigos muchos-, algunos comentarios y pensamientos que no comparto, y que a fuerza de ser mencionados, se quieren asentar como verdad.

Para empezar, le pediría al autor del artículo, que ya pare con eso del ppkausismo, como sinónimo de cojudismo, frivolidad y modita pasajera de chibolos platudos que no tienen puta idea de nada. Ya basta con esos prejuicios inaceptables, pues si vamos a darle carta de ciudadanía, tendremos que aceptar, por ejemplo, aquellos que tildan a los negros de brutos y a los serranos de cochinos. Y eso es algo que no podemos hacer. ¿O sí?

Aprovecho esto, para aclarar algunos puntos con respecto al voto por PPK. Si lo tenemos que comparar con el Sr. Toledo (cuyos seguidores -no todos-se han trepado sin roche al caballo Humalista), que, según la gente “pensante y demócrata”, significaba la mejor opción en primera vuelta, convendría hacer algunas simples comparaciones que paso a detallar:

Dejando de lado los temas de cuna y educación (ambos, hijos de excelentes padres, honestos y trabajadores que con su esfuerzo, lograron darles la educación que luego les permitiría llegar hasta donde llegaron), tenemos que en la época en que PPK asesoraba presidentes de Estado y a multinacionales, Toledo asesoraba a Carlos Manrique en la exitosísima CLAE. Mientras PPK invertía su dinero ganado en algunos fondos de inversión, bolsas de valores, bonos gubernamentales y demás, Toledo invertía en CLAE y fue uno de los pocos que llegó a retirar su dinero antes del descalabro que ya todos sabemos.

Los familiares de PPK son, su hermano, profesor principal de economía en la universidad de Cambridge, una de las más prestigiosas del mundo. O su hija mayor, periodista reconocida y colaboradora del New York Times. O su primo hermano Jean Luc Godard, uno de los cineastas más famosos, y fundador de la nueva ola francesa; por mencionar solo a tres.

Los familiares de Toledo son, su pobre hija mil veces negada, Zaraí, sus sobrinos filete y violín y un hermano impresentable que se robó unos terrenos hace ya tiempo.

Las aficiones de PPK son la música y su sensibilidad y talento para tocar algunos instrumentos. Las aficiones de Toledo son la coca, el whisky y las faldas, que no tendrían nada de malo para un hijo de vecino, pero si para quien pretende gobernar una nación por segunda vez.

Claro, a PPK lo acusan de lobbista por el hecho de traer inversionistas, amigos suyos, a poner sus millones en Perú. Ahora, que los contratos y las condiciones sean cuestionables, ya es culpa del Estado y quienes lo gobiernan.

Entonces, para mí, no fue muy difícil elegir el voto en primera vuelta, máxime que Toledo bufaba con mediocridad flagrante, que no lo había hecho mal y que mejor era cholo conocido…

Y aunque PPK no sea nada simpático, que patine con algunas opiniones -como todos los políticos-, o que tenga 72 años, desde mi punto de vista, no lo invalidaba para ser un buen presidente, puesto que siempre vino a poner la cara cuando se le solicitó. Puedo equivocarme (tiene sus pasivos y acusaciones, como toditos los candidatos), pero no voy a aceptar que ningún periodista, amigo o perico los palotes, me venga a escuelear y dar palmaditas de compasión por haber ejercido mi legítimo derecho a votar por quien se me cantó el reverendo forro.

Siguiendo con el artículo de marras, Sifuentes hace un análisis muy chistoso, en el que concluye que 20 años después, Vargas Llosa le ganó a Fujimori, queriendo hacer consentir que Alberto y Keiko, son la misma persona. Y no pues, no lo son. De la misma forma en que Ollanta no es Chávez, aunque hayan indicios que sí, dada la admiración de Humala por su, ahora colega, Hugorila. O por su contumacia en no llamarlo dictador, o por los dineros recibidos. No, no son la misma cosa, así que su ecuación que pretende cerrar el círculo, no es exacta. La ecuación que sí parece cuadrar bastante bien es la siguiente: TOLEDISMO + NO KEIKISMO = HUMALISMO.

En otra parte del artículo, el periodista dice lo siguiente, refiriéndose al sector A/B+ (que quizá represente al 2 ó 3% de la población): “…un sector capaz de creer que un señor apellidado Kuczynsky Godard podría ser una alternativa seria en un país tan fracturado...”

Hablando de racismo e intolerancia, bien desatinado este comentario. O los apellidos Tasso, López de Romaña, Bilinghurst, entre otros, encierran en sí mismos, algún tipo de referencia maligna y cuestionable. Quizá querría Sifuentes, que un requisito para postular a la presidencia del Perú, sea apellidarse Condorcanqui, Mamani o Chaiña, no sé. Porque tampoco es que le joda mucho (y no debería, ni a nadie) que nuestra alcaldesa se apellide Villarán De la Puente. Volvemos entonces al color de piel y a los apellidos. Y no hay racismo inverso, hay racismo, a secas.

En su análisis, también se ufana de lo que llama movilización ciudadana, que tiene como hito máximo , el 26M, que no es otra cosa que la marcha anti Keiko que tuvo lugar el día 26 de marzo de este año; y que según muchos, muchísimos, impidió que la china asumiera la presidencia. Al respecto tengo que decir, que yo también estoy en contra de lo que la hija de Fujimori representa, de toda esa mafia y esas gentes con las que se paseaba y por las que jamás votaría. Pero no les basta con saberlo o tenerlo internalizado. Tienen que gritárselo al mundo y tratar de abrir la cabeza de los que piensan diferente y convencerlos.

En un acto de superioridad moral, marcharon igualito que las tías que están en contra de la despenalización del aborto, y se pasean con rosarios, crucifijos y pancartas, acusando de asesinos a los que están de la otra orilla. O como los que no fuman, y se juntan en colectivos antitabaco y salen a las calles con afiches súper ingeniosos, alertando a la población, de los horribles daños (todos verdaderos y comprobables, como la mafia de Fuji) que encierra fumar. Pero aunque la razón les asista, habremos algunos que, consientes de lo pernicioso e insensato que es el hábito de darle al pucho, y aunque nos boten de todos lados, buscaremos las puntas de los cerros o cavaremos trincheras muy profundas para confinarnos, estúpidamente, a encender hogueras de necedad, contraviniendo las alertas y los buenos deseos, de aquellos que buscan salvarnos de la muerte. Tan solo porque tenemos derecho a equivocarnos, a ser estúpidos o pobres viciosos sin voluntad. El mismo derecho que tuvieron más de 7 millones de peruanos, que por razones propias, decidieron marcar el rostro femenino de la cédula de votación. Y es que eso de andarle diciendo a la gente lo que tiene o no que hacer, me sabe a intolerancia y rasgos de grandeza que me alegra rechazar. Pero así es, el derecho a marchar y a computarse LA RESISTENCIA, también está intacto.

Para terminar, ya como cosa mía y sin relación al artículo, me gustaría hablar de las modas ideológicas, las mismas que atribuían al llamado ppkausismo.

No hay moda más grande, hoy, que ser rabanito en el Perú, izquierdoso, caviarón de balcón o guerrillero sin armas. No sé cómo, miles de personas que apoyaron a Toledo hace apenas dos meses, a la fecha (él incluido), se han convertido en socialistas, bolches y cuanto hay. De pronto escuchas a “chicos bien”, hablando de justicia social, de gas para todos, de proletariado y materialismo dialéctico. Ja. De la noche a la mañana. Javier Diez Canseco, pasó de ser el jacobino resentido y radicalón (que obtuvo 0.5% las pasadas elecciones) de aquella izquierda cavernaria, a ser una de las mentes más preclaras de la política nacional. Jaja.

En resumidas cuentas, del cáncer y el sida, pasamos al mal menor, pero de allí, sabe dios cómo, pasamos a que Ollanta es Jesús reencarnado. Charles De Gaulle. Henry Kissinger. Ramón Castilla, Tupac Amaru, Lula Da Silva y Spiderman, todo junto.

Si eso no es moda, entonces qué chucha lo será.

Es todo, por ahora.

1 comentario:

Oscar C. OKIPERU ® dijo...

Sube, sube... también voté por el viejo (y también renegué por la mezquindad del Cholo).

Saludos brother.